Como cada año Deloitte ha sacado su informe 2015 Human Capital Trends donde nos ofrece su análisis de las tendencias y retos en la gestión de las personas. Sin faltar algunos clásicos como el liderazgo y la cultura organizativa llama la atención el interés por lo que el “Cognitive Computing” (Computación Cognitiva) puede traer a la gestión de las personas, el reparto del trabajo y la mejora en las empresas y organizaciones.
Produce cierta inquietud que mientras la mayoría (6 de cada 10) de los directivos que han participado en el estudio considera este tema como importante o muy importante, sólo un 5% reconoce entender sus implicaciones en profundidad y el impacto real que puede tener.
Las herramientas de software están modificando cada vez más los procesos que conllevan un tratamiento continuado y masivo de información gracias a los avances en reconocimiento de texto y voz y a las mejoras en sus modelos de análisis de datos. Pero la frontera va avanzando y los sistemas se sofistican.
Relatan en el informe el ejemplo de Anthem (una compañía de seguros de salud) donde los profesionales deben dedicar bastante tiempo al análisis médico del caso pero también de las políticas de la compañía a la hora de valorar el tratamiento correcto para un cliente. En la actualidad un sistema informático recopila la información de diversas fuentes y genera una serie de recomendaciones que facilitan la toma de decisiones. En casos sencillos el sistema puede autorizar un tratamiento de forma autónoma.
El informe anima a que se vea a estos sistemas como colaboradores de las personas y no como competidores tratando de ir más allá del alarmismo generado por la visión de máquinas remplazando a los humanos y destruyendo masivamente puestos de trabajo.
Afortunadamente podemos ser menos políticamente correctos que Deloitte a la hora de plantear algunos aspectos para el debate:
La automatización y la robótica son responsables en buena medida del divorcio entre el aumento de la productividad y la generación de empleo en los países industrializados. Desde el año 2000 la gráfica que relaciona ambos aspecto se separa y la tendencia continúa, impulsada la tendencia también por la globalización y las inversiones de capital.
La creación de empleo en el sector servicios no es suficiente para absorber toda esta masa laboral manteniendo los niveles de gasto por empleado, es decir, si se genera empleo en otros nichos, buena parte es en peores condiciones, llegando a estadios de pobreza con trabajo.
La robotización de la economía, ahora con los k-bots o s-bot (knowledge bots o software bots, una nueva familia de los rbots de toda la vida pero que manipulan datos o conocimiento en lugar de piezas de maquinaria) va ampliando el número de sectores en los que la dinámica de mejora de la productividad y destrucción de empleo se produce.
Hay efectos positivos principalmente para consumidores: mejores precios, más rápido, mayores prestaciones; los inversores que mejoran el rendimiento de su capital; se liberan horas de escaso valor que pueden ser aprovechadas para la mejora, la innovación o la creación de conocimiento.
Estos avances tecnológicos aplicados al mercado de trabajo, unidos a los avances científicos en otros campos (medicina, biología…) nos acerca a un nuevo escenario no sólo en el ámbito del empleo y la gestión de las organizaciones, sino en el proceso evolutivo del ser humano y en el tipo de sociedad que vamos generando, aproximándonos a un «tercer estadio» que puede ser brillante o caótico y lleno de riesgos y oportunidades.
¿Tendrá el ser humano la capacidad de modelar toda este potencial de forma positiva?
Algunos, entre los que me incluyo, somos optimistas, pero desde luego va a requerir un gran esfuerzo de imaginación e innovación en todos los ámbitos, el individual, el de las organizaciones y empresas y el de las sociedades.
Esperemos que en breve ese 5% de directivos que entiende las implicaciones de la irrupción de la Cognitive Computing en nuestras organizaciones haya crecido hasta el 80% y lo hayamos sabido canaliza de forma positiva para la sociedad.
Si estás interesado en el informe o alguna de sus partes lo puedes descargar en https://documents.dupress.deloitte.com/HCTrends2015
Nota: La traducción literal de Cognitive Computing como “Conocimiento Computerizado” no parece reflejar la complejidad del término. Algo mejor «Computación Cognitiva», pero se aceptan sugerencias Es un avance que se vaya segmentando la Inteligencia Artificial y se definan estadios más concretos.
agosto 17, 2015 at 3:49 pm
Hola José. Excelente artículo y excelente optimismo pero lamentablemente por lo que veo, por ejemplo en la gran empresa en la que trabajo, la adaptación al cambio requiere un esfuerzo cultural inmenso. No existe cultura del cambio en nuestras empresas y tampoco una buena inversión en formación o en mejora de procesos. Ambos influyen (y mucho) en la productividad final. Esa diáspora de las gráficas, como indicas, se debe a unas condiciones laborales en caída y unas exigencias productivas disparadas en exceso. Bueno, no sigo, que solo era un comentario…
Esperemos que la formación y el cambio cultural lleguen como valor a las direcciones de las empresas.
Saludos,
Rafa
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agosto 17, 2015 at 5:05 pm
Gracias por tu comentario Rafa. Me parece muy interesante coger el hilo de lo que representa la gestión del cambio en las organizaciones, lo que cuesta, quién lo dirige y hacia dónde porque cambiar se cambian muchas cosas muy a menudo, pero no siempre en la dirección correcta, e incluso para volver a la situación inicial
Un saludo
PPP
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