Escribo estas líneas en el ínterin que está suponiendo en España la novedosa situación de un presidente de gobierno que comparte con la ciudadanía la suspensión de su agenda pública unos días para tomar una importante decisión que le va a afectar personalmente y también al conjunto del estado.
La también inédita carta que lanza, traslada una tensión insostenible entre su vida personal y de pareja y el esfuerzo que representa mantener ese equilibrio y aguantar la presión, no solo de una institución con importante capacidad de decidir en nuestro estado, sino de la manera en que la oposición y medios críticos con su gestión están haciendo un trabajo que les encomienda la sociedad, de fiscalización del poder y lucha por tratar de convencernos de ser una alternativa, utilizando informaciones falsas, medias verdades y verdades a medias que en todo caso afectan un consenso no escrito de separar de la esfera política lo íntimo, familiar o sentimental.

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